
Dra. Susana González Cantón, Médico residente Psiquiatría, Doula
Una de las mayores dificultades a las cuales me enfrenté al iniciar mi formación como psiquiatra, fue lograr una conexión empática y honesta con las personas que se encontraban viviendo el periodo perinatal. Quizás period la dificultad para adquirir la experiencia clínica por las adversidades para conseguir espacios de formación o quizás la rigidez diagnóstica en la que podemos caer en ocasiones los médicos.
Fue hasta mi propia maternidad donde finalmente hace click on mi identidad como médico psiquiatra e inicia mi búsqueda de formación enfocada en la salud mental del periodo perinatal que estuviera basada en el respeto y la empatía, que además me permitiera manejar las enfermedades mentales graves relacionadas a este periodo pero también acompañar y sostener procesos fisiológicos y normales, que aunque pueden ser esperados, también pueden ser abrumadores y retadores. Esto me lleva a certificarme como doula, lo que me entregó una mirada cálida y amable de la ma/paternidad en todas sus escalas y matices.
Hoy en día, soy ambas cosas, ofreciendo a las usuarias que lo requieren la estructura y organización que puede ofrecer un médico psiquiatra, enlazado con el abrazo cálido y compasivo que te brinda una doula, por lo que me planteo heredar a quien lea estas palabras, una visión quimérica que pueda aplicar al ejercicio de sus funciones, sea cuales sean las mismas:
1. Cuando sea posible, sostener el espacio terapéutico con más paciencia y presencia:
En muchas ocasiones la consulta de salud psychological deberá llevar un orden, una historia clínica y un contexto médico del usuario para poder diagnosticar y tratar, pero agregar una mirada sostenida, una presentación cálida y una explicación sobre la consulta que disminuya el temor, nos llevará lejos y forjará una relación muy cercana profesional-usuario.
2. Aceptar el silencio como parte del vínculo:
No todos los encuentros terapéuticos estarán llenos de palabras, lograr estar cómodos en el silencio, solo sosteniendo y acompañando, realmente ofrece un espacio curativo para quien busque atención por salud psychological en el periodo perinatal (que por cierto, es cuando quien lo vive, puede sentirse más solo que nunca).
3. Acompañar la disaster sin patologizar:
Conviene revisar cómo nos sentimos nosotros mismos como profesionales de la salud frente a una disaster de índole emocional. Esto nos permitirá ver que en un momento dado, la expresión de las emociones puede causar mucho disconfort en quien las experimenta y en quien las observa pero esto no siempre debe traducirse en un diagnóstico permanente. Ver estos momentos como transitorios, puede estrechar los lazos con nuestros usuarios.
4. Desarrollar el ojo clínico con las familias y acompañantes:
Es cierto, siempre tendremos un usuario identificado, pero aprender a leer la habitación y los temores, miedo y dudas de los acompañantes, nos ofrece una oportunidad de mejor cuidado, más sostén y cercanía en el grupo acquainted, que finalmente se traducirá en resultados más amigables para todos. En muchas ocasiones, manejar el núcleo acquainted como un todo, resolverá muchas cosas.
Los beneficios de integrar una visión de sostén a la práctica clínica son tangibles desde la primera puesta en práctica, para el profesional de la salud esto se traduce en mayor conexión con su cliente por lo tanto mayor facilidad de diagnóstico y éxito en el trabajo psicoeducativo. Para el cliente, el espacio terapéutico donde existe la confianza para ser realmente uno mismo y poder con honestidad poner las incertidumbres sobre la mesa, sabiendo que no habrá juicios sino acompañamiento, es la meta y el logro máximo de iniciar seguimiento por salud mental en el contexto de la atención del periodo perinatal.
Finalmente, quiero decirle a los lectores, que nos encontraremos con casos muy sencillos y casos muy complejos, y para cada uno debemos poder encontrar una mirada segura, donde prevalezca la seguridad e integridad de la vida del usuario pero que también sea un lugar donde esta persona pueda reposar y encontrar calidez, para poder continuar, un día a la vez, este camino de la crianza, donde en muchas ocasiones influyen el estigma, la cultura y muchos otros factores psicosociales que le agregan mucha complejidad al proceso.
Apoyo de PSI para familias hispanoparlantes
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