
En los últimos años se ha evidenciado un creciente aumento en los diagnósticos de autismo en todas las
edades, especialmente en personas adultas que históricamente habían sido pasadas por alto por los sistemas de salud psychological. Junto a esta tendencia, también ha crecido la concienciación sobre el neurodesarrollo, abriendo paso a una mirada más inclusiva, comprensiva y afirmativa. Sin embargo, muchas vivencias aún permanecen invisibilizadas como la experiencia del embarazo y el posparto en personas neurodivergentes.
En este contexto, cultivar empatía hacia una misma y promover un autocuidado adaptado a las necesidades sensoriales, comunicativas y emocionales deja de ser un gesto opcional para convertirse en una forma de resistencia y salud integral.
Durante el embarazo y el posparto, las personas neurodivergentes especialmente dentro del espectro autista enfrentan desafíos invisibles para la mayoría de los equipos médicos y redes de apoyo. La sensibilidad a estímulos, la necesidad de estructura, la dificultad para comunicar necesidades en entornos desafiantes o acelerados, y la fatiga emocional por sostenerse en modo funcional, son experiencias comunes. Estas no son debilidades, sino formas legítimas de procesar el mundo que muchas veces no reciben el acompañamiento que merecen.
Empatía hacia una misma y autocuidado
Una de las herramientas más poderosas y necesarias para atravesar esta etapa es cultivar una empatía hacia una misma. Esto significa reconocer como un cuerpo y una mente que siente distinto, sin culparse, sin compararse, sin pedir permiso para necesitar pausas, rutinas claras o entornos previsibles.
Tal vez incluya el uso de audífonos para amortiguar el ruido del entorno, escribir en lugar de hablar con el profesional de salud, o pedir ayuda aunque no puedas explicarla del todo. Este cuidado adaptado no es un lujo, es una forma de preservar tu salud psychological, tu vínculo con el bebé y tu dignidad emocional.
También puede significar anticipar situaciones que generan sobrecarga sensorial o emocional y crear un plan de contención que incluya objetos calmantes, descansos planificados o el acompañamiento de una persona de confianza en citas médicas. Otras estrategias útiles pueden ser la escritura libre, agendas visuales para prepararse ante nuevas rutinas durante el postparto.
Qué nos cube la evidencia científica
Estudios recientes respaldan estas experiencias. Hampton et al. (2022) hallaron que muchas autistas reportan significativamente más estrés, ansiedad y síntomas depresivos en el posparto que sus pares no autistas. Aún así, no se observaron diferencias en capacidades parentales como sensibilidad o compromiso, desafiando los prejuicios que aún persisten.
De igual forma, Lewis et al. (2023), en una revisión de alcance, evidenciaron que muchas mujeres autistas se sienten incomprendidas por el private médico durante el embarazo, el parto y la lactancia, señalando la urgencia de crear entornos de cuidado perinatal que sean sensorialmente seguros y emocionalmente inclusivos.
Cuando una persona neurodivergente está embarazada o atraviesa el posparto, es necesario reconocer que no todas las personas viven, sienten o se comunican de la misma manera. Para muchas, especialmente las que están en el espectro autista, este periodo puede incluir desafíos sensoriales, emocionales o sociales que suelen ser mal interpretados o minimizados.
Cómo acompañar con respeto y empatía
Practicar la empatía no significa “Cómo me sentiría yo si estuviera en su lugar”, sino escuchar con respeto como se siente el otro en su propia experiencia. Significa abrir un espacio donde la persona pueda ser tal cual es, sin tener que justificarse, adaptarse o defender su forma de vincularse, de expresar cariño o de pedir ayuda.
Las personas autistas por ejemplo, han sido históricamente vistas como distintas o incapaces de maternar emocionalmente. Pero esto no solo es falso, también es profundamente dañino. Si sienten, si cuidan y aman profundamente, solo que lo hacen en una forma distinta que merece ser validada y protegida. Acompañar en el proceso perinatal y postparto además de apoyo, también es respeto a las diferencias. Crear un entorno seguro, con menos ruido, con instrucciones claras, sin juicio, puede hacer toda la diferencia.
Renacer mientras se gesta a otro ser es una travesía compleja. Si a eso se le suma una sociedad que no reconoce las diferencias neurológicas como válidas, el proceso puede volverse abrumador. Por eso, cada acto de autocuidado adaptado, cada límite puesto con amor propio, y cada gesto de autocompasión es una forma de resistencia y de afirmación.
Recuerda, no estás sola, no tienes la culpa. ¡Con ayuda, te sentirás mejor! Comparte este weblog de apoyo en salud psychological perinatal con quien lo necesite.
Hampton, S., Allison, C., Aydin, E., Baron-Cohen, S., & Holt, R. (2022). Autistic moms’
perinatal well-being and parenting kinds. Autism, 26(7), 1805–1820.
https://doi.org/10.1177/13623613211065544
Lewis, J., Donovan, J., et al. (2023). Being pregnant in autistic ladies and socialmedical
concerns: A scoping evaluate and metasynthesis. Frontiers in Psychiatry, 14, 1222127.
https://doi.org/10.3389/fpsyt.2023.1222127
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